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Eder Sarabia: “No hay que encerrarse en cuatro ideas”

Eder Sarabia: “No hay que encerrarse en cuatro ideas”

Eder Sarabia (Bilbao, 1981) ha ascendido al Elche a Primera División en su primera campaña al mando del conjunto ilicitano. Desde Andorra, donde ha echado raíces, Sarabia atiende a 'La Vanguardia' después de renovar con los franjiverdes hasta el 2027.

Tras el ascenso, ahora hay que planificar el siguiente curso.

La categoría que realmente controlo bien es la Segunda, de la que he visto el 90% de los partidos. De Primera no tengo los detalles que me gustaría tener, pero ahora mismo estoy descargando partidos de casi todos los equipos para ver un poco las propuestas y analizar cómo tenemos que evolucionar. Creo que esta temporada lo hemos hecho muy bien, pero la Primera División nos va a exigir una barbaridad y uno de los mensajes que estamos transmitiendo a toda la gente del club es el de querer ser mejores y aprender de lo vivido.

A falta de dos jornadas para el final dijo en rueda de prensa que el Elche subiría...

En ese momento sentí que era lo que tenía que decir porque además había estado en el vestuario y, a pesar de lo dolidos que estaban, ya preguntaban qué es lo que teníamos que hacer para ganar al Málaga en la siguiente jornada. Hemos sido un equipo que ha ido de menos a más y desde noviembre teníamos la convicción de que las cosas iban a ir bien y de que íbamos a llegar al momento final en muy buen estado de forma.

Estudió una ingeniería...

Mis padres siempre se han preocupado porque tenga una formación global. Cuando era más pequeño estudié solfeo e hice algunos años de piano. Al final una carrera te enseña muchas cosas que seguramente por aquel entonces no me daba cuenta pero que ahora me ayudan en el día a día durante mi profesión. Compaginé la carrera con el curso de entrenadores y con jugar. Después hubo un periodo de tiempo en el que dejé de estudiar y estuve trabajando en un supermercado como frutero. Hasta que no fui a la cantera del Villarreal no me empecé a dedicar plenamente a ser entrenador. El entrenador aprende entrenando y equivocándose.

La paciencia “El contrato de un entrenador es de cinco partidos. Si pierdes cinco partidos normalmente estás en casa”

Pero los entrenadores carecen de tiempo, ¿no?

Hace tiempo en el Andorra hablábamos de que los contratos no son de una temporada. El contrato de un entrenador es de cinco partidos. Si pierdes cinco partidos normalmente estás en casa. Por eso es muy importante la formación y el bagaje a todos los niveles porque realmente es una pasada lo que tenemos que gestionar los entrenadores.

¿Por ejemplo?

Son muchas cosas. Gestionar al futbolista, gestionar buenos y malos momentos, gestionar la prensa, gestionar un entorno y un staff. También gestionar las expectativas y que le puedas dar a cada uno lo que necesita.

La experiencia “El haber vivido el Barça y el Betis te enseña a manejar las críticas”

Entonces, ¿los entrenadores quieren controlarlo todo?

El poder delegar forma parte del crecimiento. Una de las claves es saber poner el foco en qué es importante en cada momento y saber en qué pones tu energía. Hay que relativizar las cosas. El haber vivido el Barça y el Betis, también el Las Palmas pero a otro nivel, te enseña a manejar las críticas. Puedes tener la tentación de querer ir a todo, pero no llegas porque al final no tenemos energía infinita.

El Barça debe ser un máster de la presión...

Está claro. En mi caso he sido un segundo entrenador un poco especial porque Quique (Setién) lo consideraba así y quería que fuera así. Nos complementábamos muy bien, pero yo era un segundo que tenía mucho protagonismo y también por eso estaba más expuesto y recibí muchas críticas. Es verdad que con el paso del tiempo la gente se ha ido dando cuenta de que muchas cosas no eran como parecían. El año pasado en el Andorra aprendí mucho sobre las expectativas porque, como dice mi padre, en las dificultades te haces mejor entrenador.

¿Qué aprendió de Quique Setién?

Que cada futbolista tiene una tecla diferente, incluso puede tener una hoy que mañana cambie según sus circunstancias. Con Quique aprendí a no ser muy eufórico ni a decaer mucho cuando las cosas van mal y también tratar de ser un poco equilibrado aunque sea una persona pasional. En cosas futbolísticas era muy fácil porque nos gustaba lo mismo. Muchas veces me acuerdo de él y pienso: ‘¿Qué haría Quique en este momento?’ o ‘¿Cómo se comportaría o qué transmitiría?’.

Felicitaciones “Le envié un mensaje a Luis Enrique en febrero diciendo que la íbamos a liar”

¿Y cómo se entrena un entrenador para seguir mejorando?

Relacionándose con gente que te haga dudar y reflexionar. Nosotros hemos hecho un staff que nos juntábamos cada semana para comer o cenar porque hemos formado una familia. A veces necesitas un punto de vista diferente mediante una crítica externa. No de cualquiera, pero sí de alguien con criterio.

¿Comparte conocimientos con otros entrenadores?

La verdad es que no lo he hecho. Es cierto que tenemos un gremio que en ese sentido quizá no es muy abierto, también porque no tenemos la posibilidad de juntarnos mucho por la falta de tiempo. Tengo muy buena relación con Luis Enrique y sí que hemos intercambiado algún mensaje. En febrero le dije: ‘venga, que la vamos a liar y lo vamos a celebrar subiendo el Tourmalet’. También tengo muy buena relación con otros entrenadores que me han felicitado como Calero, Rubi, Gaizka Garitano y algunos más que se me olvidan, pero entrenadores que valoran tu trabajo. Es importante estar abiertos a ver cosas distintas. No hay que encerrarse en cuatro ideas, hay que aprender de todos para poder ser más completos.

lavanguardia

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